viernes, 5 de julio de 2013

De Sydney a Will.


Hace poco tuve el agrado de terminar de leer la serie completa de Infernal Devices, de Cassandra Clare, la cual es una de las tantas historia que la autora puede extraer del mundo de Casadores de Sombras.
En consecuencia a este libro, me vi obligada a leerme Historia de Dos Ciudades, de Charles Dickens, reconocidísimo novelista, cuyas obras han llamado a la reflexión de muchos, pues su crítica social es muy marcada. Este también es el caso de Historia de Dos Ciudades.
Imagino que, como yo y muchos, Cassandra Clare quedó impactada con la vida y andanzas de Sydney Carton, quien al final resultó el héroe de la novela por su auto sacrificio.
Tal fue su impacto que quiso encarnarlo en la vida de William Herondale, un chico con la misma concepción acerca de su persona, pues se consideraba maldito, y por demás decir, poco merecedor del afecto de nadie, pues pensaba que todo lo que el amara seria destruido.
Con Historia de Dos Ciudades, todos quedamos con la duda de saber por qué el motivo de aquella poca autoestima de Sydney, a sabiendas de que en toda la obra, demostró no solamente ser inteligente y un gran abogado, sino que era una persona capaz de amar mas allá de sí mismo, actitudes también demostradas por Will.
Con este último, podemos darle un sentido al motivo de sus desgracias erradamente concebidas, que es mi percepción de la interpretación que pudo hacer Sydney de las suyas.
Desde un punto de vista práctico, Sydney fue la salida del autor para salvar a los Evremonde y a los Manette de su destino, pues se pedía la muerte de alguien, y fue Carton quien decidió a propia cuenta, que ese fuera su destino. Ser sacrificado de tal manera, pedía del personaje estar enamorado a tal punto de dar la vida sin vacilaciones, y además, tener un motivo, como el de considerarse tan poca cosa, que era más valioso muerto que vivo.
El autor creó los motivos suficientes para que el personaje tomase la decisión que diera fin a su vida de esta manera, sin embargo, fue tan loable los actos a lo largo de su vida en la historia, que toma tanta simpatía, al punto de querer saber los motivos de su auto flagelo.
Cassie, en su mundo fantástico, indaga más en los motivos que en los actos dentro de su obra, por demás decirlo, parecidos a los de Sydney. No hubo por parte de Will intento alguno por impedir la boda de Jem con Tessa, a pesar de su confesión espontánea acerca de sus sentimientos hacia la última,  tal y como lo hiciera Sydney con Lucie.
También debemos agregar los sentimientos de Tessa por Will, distintos a los de Lucie por Sydney. En este mundo, quiso Cassie que Will fuese correspondido en la calidad e intensidad del amor, opuesto a lo que Lucie sentía Sydney,  un amor de amiga e incluso, compasivo. Este acto por parte de Cassie, fue un acto de justicia hacia Sydney, en mi humilde opinión.
No olvidemos a Charles Darnay, quien también era una gran persona, a pesar de tener una cuna maldita por sus propios compatriotas. Él también era digno de ser amado por la protagonista, lo cual fue plasmado por Cassie, referente a lo que sentía Tessa por James Carstair.
Debo confesar que, al finalizar Clockwork Angel, odié a Will Herondale, por la forma en que trató a Tessa. Luego, en el segundo libro, Clockwork Prince, amé a Jem, aunque tenía sentimientos encontrados con Will, sin embargo, a pesar de que lloré la confesión de amor entre Will y Tessa, pensaba que esta tomó la decisión correcta. Del último libro, resumo mucho al decir que lloré dos terceras partes del libro, incluyendo el epilogo. Cassandra demostró nuevamente ser una gran escritora, no solamente una escritora más de ficción.
Will Herondale es una de las posibles explicaciones a la vida de Sydney Carton, si le quitamos la parte de los demonios externos, dejando solamente a los demonios internos. También resulta el final feliz de Sydney, quien lo merecía.

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