Hubo un tiempo en el que muchas personas solían
decirme "si no quieres casarte, no te cases, pero no te quedes sin
hijos". Este comentario venia tanto de mujeres como de hombres, y de estos
últimos debo decir que se ofrecían para ser los futuros papas.
De esto ya ha pasado cierto tiempo.
Con los años la gente comienza a acostumbrarse, si
bien no ha ver a una mujer sin hijos, a que tu eres del tipo de mujer sin
hijos. Mucha gente, con el correr del tiempo se ha confundido pensando que soy
lesbiana. Esto nunca me ha preocupado realmente, porque aunque no lo soy, nunca
me ha importado lo que las demás personas piensen de mí, yo soy la que soy y
punto, tú me aceptas como soy, o me masticas pero no me tragas, o simplemente
no me toleras, nadie es moneda de oro para caerle bien a nadie, y esto es lo que
define mi manera de ser en todos los aspectos de mi vida.
Yo me siento bien conmigo misma, tengo
frustraciones y sueños como todo el mundo, pero en lo referente a mi familia
me encuentro más que satisfecha. y quien dice que si no tienes hijos no tienes familia esta totalmente equivocado. Yo vine de una familia, y aunque con el correr de los tiempos se supone que tu tambien generes una, esto no quiere decir que en la que naciste no sea valida para ser llamada tu familia, puesto que lo es.
No, todavía no me he casado y mucho menos pienso
tener hijos si no encuentro un padre responsable, y que conste que nunca he
hablado de casarme para tener hijos. Actualmente eso de casarse y luego tener
hijos no funciona tan bien como antes, sobre todo porque la mayoría de los
matrimonios terminan en divorcio. Me parece una perdida de tiempo y dinero pensar
en casarte sabiendo que en un par de años te divorciaras. Tengo una hermana que
más le duró su vida de pareja antes del matrimonio que después, y tengo otra
cuyos amasiatos han durado más que el matrimonio de mi otra hermana. Eso es
prueba más que suficiente para mí de que la institución del matrimonio está en
total decadencia.
Cuando era pequeña tenia, y sigo teniéndola
gracias a Dios, una tia que decía "cuando tú te cases...", a lo cual yo
siempre la interrumpía diciéndole que yo no me iba a casar nunca, ya que yo sería
monja, a lo cual ella me contestaba que yo iba a ser monja de día y puta de
noche. Yo me reia de su comentario o lo reprochaba. Viendo esto en
retrospectiva me doy cuenta de que jamás he querido casarme, por la razón que
fuera, jamás me vi casada.
Cuando tuve mi primer novio, me di cuenta de que
la segunda parte de lo que decia mi tía cobraba cierto valor, simplemente no habría manera
de que yo fuese monja, pues definitivamente me gustaban, y todavía me gustan,
los hombres. El hizo algo que no es usual en un chico de 19, me propuso
matrimonio, lo cual sería efectivo, según el cuándo nos graduáramos de la
universidad. Bueno, creo que hasta aquí es evidente que no me casé con él, y
debo agregar que por más enamorada que estuviese de este joven, como solamente
se puede estar con el primer amor, también debo decir que cuando soñaba con el
famoso matrimonio, resultaba que me veía casándome en un Juzgado y no con el clásico
"velo y corona". Jamás he pensado en estar frente a un altar, delante
de todo el mundo diciendo "acepto", ni mucho menos haciendo una gran
fiesta que lo más probable es que durara más que mi matrimonio con el que sea.
De los otros novios debo decir que a ningún le di
la oportunidad ni de que plantearan esa posibilidad, y si alguno me pide las
llaves del departamento pues, si se las doy, pero voy pensando como cambiar la
cerradura. Me gusta vivir sola. Sé que tiene algunas desventajas, sobretodo cuando
te enfermas, pero yo siempre me las he arreglado cuando es así.
Hace un par de años alguien me dijo que debía
tener un hijo para que me cuidara cuando fuera vieja, a lo que yo le contesté
que, primero, no había garantía en que un hijo te cuidara en tu vejez, y
segundo, que iba a ahorrar lo suficiente para vivir en un asilo. La persona no
tuvo más argumentos y me dejó en paz.
Hoy en día estoy tratando de buscar algo
totalmente nuevo en mi vida, de preferencia en el extranjero. Es donde viene mi
pregunta de cuándo es realmente tarde. Sé que la juventud, o en realidad la
madurez joven, no es eterna, pero quién me dice a mí que no puedo empezar de
nuevo. No soy el primer caso, ni el ultimo. Lo único que puedo decir a mi favor
es que no por estar en mis treinta, ni por ya tener una profesión formal, ya mi
vida está definida. Tampoco quiere decir que debería estar buscando lo obvio,
casarme y tener hijos, y pronto según muchos.
Yo no pienso que vaya errante por la vida, al
contrario, me gradué de la “U”, tengo una casa estable y tengo un empleo, pero
mi vida no puede ser tan monótona porque si. El problema con algunas personas
es que las pruebas superadas nos aburren, hay que buscar nuevos retos, los que
son inalcanzables. Mucha gente me decía en la “U” que mi carrera era muy difícil,
que me buscara algo más sencillo, y ciertamente, después de muchos años me di
cuenta de que, en cierto modo, tenían razón, sin embargo, me gradué, ese era el
reto.
Mucha gente me cuestionó porque quería comprarme
una casa para mi sola, e incluso un par de “ex” que, no me preguntes cómo,
lograron conseguir mi número de teléfono, específicamente para preguntarme si
me casé. Me compré una casa porque ese era el reto, tener la capacidad financiera
y la estabilidad económica para hacerlo, y ya lo logré.
Hay retos que no me interesan, ¿cuál es el chiste
de casarse y tener hijos? Eso es algo que todo el mundo hace, nunca me ha
llamado la atención el casarme y pienso que el tener hijos es una
responsabilidad tan grande, que muchos padres no se dan cuenta de lo que
conlleva. Yo prefiero seguir siendo madre de apoyo, o sea, tía, en donde creo
que me destaco mejor, ayudando a mis hermanas cuando me necesitan, y que conste
que no es cuando a ellas les da la gana.
Pienso que nunca es tarde para imponerse una nueva
meta, que es cuestión de desearlo tanto, que te resulta imposible enfocarte en
otra cosa, donde cada paso que das va encaminado a tus retos, esto es sin dejar
tus principios de lado. Creo que el qué dirán solamente importa, cuando viene
de la gente que verdaderamente le importas. Sin embargo, siempre hay que tener
criterio, de lo contrario, me hubiera casado con el primer idiota que se me
pasara en frente solamente para complacer a mi mamá. A lo mejor ella tenga razón
y yo me estoy equivocando en no querer casarme, pero esas son decisiones
importantes, la cual no tomaré nunca, si no estoy verdaderamente segura, y que
quede claro que no estoy cerrando la posibilidad, sigo creyendo que una buena
edad para casarse es los cincuenta años, aunque podría ser antes.
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