jueves, 28 de junio de 2012

¿CUANDO ES TARDE?


Hubo un tiempo en el que muchas personas solían decirme "si no quieres casarte, no te cases, pero no te quedes sin hijos". Este comentario venia tanto de mujeres como de hombres, y de estos últimos debo decir que se ofrecían para ser los futuros papas.
De esto ya ha pasado cierto tiempo.
Con los años la gente comienza a acostumbrarse, si bien no ha ver a una mujer sin hijos, a que tu eres del tipo de mujer sin hijos. Mucha gente, con el correr del tiempo se ha confundido pensando que soy lesbiana. Esto nunca me ha preocupado realmente, porque aunque no lo soy, nunca me ha importado lo que las demás personas piensen de mí, yo soy la que soy y punto, tú me aceptas como soy, o me masticas pero no me tragas, o simplemente no me toleras, nadie es moneda de oro para caerle bien a nadie, y esto es lo que define mi manera de ser en todos los aspectos de mi vida.
Yo me siento bien conmigo misma, tengo frustraciones y sueños como todo el mundo, pero en lo referente a mi familia me encuentro más que satisfecha. y quien dice que si no tienes hijos no tienes familia esta totalmente equivocado. Yo vine de una familia, y aunque con el correr de los tiempos se supone que tu tambien generes una, esto no quiere decir que en la que naciste no sea valida para ser llamada tu familia, puesto que lo es.
No, todavía no me he casado y mucho menos pienso tener hijos si no encuentro un padre responsable, y que conste que nunca he hablado de casarme para tener hijos. Actualmente eso de casarse y luego tener hijos no funciona tan bien como antes, sobre todo porque la mayoría de los matrimonios terminan en divorcio. Me parece una perdida de tiempo y dinero pensar en casarte sabiendo que en un par de años te divorciaras. Tengo una hermana que más le duró su vida de pareja antes del matrimonio que después, y tengo otra cuyos amasiatos han durado más que el matrimonio de mi otra hermana. Eso es prueba más que suficiente para mí de que la institución del matrimonio está en total decadencia.
Cuando era pequeña tenia, y sigo teniéndola gracias a Dios, una tia que decía "cuando tú te cases...", a lo cual yo siempre la interrumpía diciéndole que yo no me iba a casar nunca, ya que yo sería monja, a lo cual ella me contestaba que yo iba a ser monja de día y puta de noche. Yo me reia de su comentario o lo reprochaba. Viendo esto en retrospectiva me doy cuenta de que jamás he querido casarme, por la razón que fuera, jamás me vi casada.
Cuando tuve mi primer novio, me di cuenta de que la segunda parte de lo que decia  mi tía cobraba cierto valor, simplemente no habría manera de que yo fuese monja, pues definitivamente me gustaban, y todavía me gustan, los hombres. El hizo algo que no es usual en un chico de 19, me propuso matrimonio, lo cual sería efectivo, según el cuándo nos graduáramos de la universidad. Bueno, creo que hasta aquí es evidente que no me casé con él, y debo agregar que por más enamorada que estuviese de este joven, como solamente se puede estar con el primer amor, también debo decir que cuando soñaba con el famoso matrimonio, resultaba que me veía casándome en un Juzgado y no con el clásico "velo y corona". Jamás he pensado en estar frente a un altar, delante de todo el mundo diciendo "acepto", ni mucho menos haciendo una gran fiesta que lo más probable es que durara más que mi matrimonio con el que sea.
De los otros novios debo decir que a ningún le di la oportunidad ni de que plantearan esa posibilidad, y si alguno me pide las llaves del departamento pues, si se las doy, pero voy pensando como cambiar la cerradura. Me gusta vivir sola. Sé que tiene algunas desventajas, sobretodo cuando te enfermas, pero yo siempre me las he arreglado cuando es así.
Hace un par de años alguien me dijo que debía tener un hijo para que me cuidara cuando fuera vieja, a lo que yo le contesté que, primero, no había garantía en que un hijo te cuidara en tu vejez, y segundo, que iba a ahorrar lo suficiente para vivir en un asilo. La persona no tuvo más argumentos y me dejó en paz.
Hoy en día estoy tratando de buscar algo totalmente nuevo en mi vida, de preferencia en el extranjero. Es donde viene mi pregunta de cuándo es realmente tarde. Sé que la juventud, o en realidad la madurez joven, no es eterna, pero quién me dice a mí que no puedo empezar de nuevo. No soy el primer caso, ni el ultimo. Lo único que puedo decir a mi favor es que no por estar en mis treinta, ni por ya tener una profesión formal, ya mi vida está definida. Tampoco quiere decir que debería estar buscando lo obvio, casarme y tener hijos, y pronto según muchos.
Yo no pienso que vaya errante por la vida, al contrario, me gradué de la “U”, tengo una casa estable y tengo un empleo, pero mi vida no puede ser tan monótona porque si. El problema con algunas personas es que las pruebas superadas nos aburren, hay que buscar nuevos retos, los que son inalcanzables. Mucha gente me decía en la “U” que mi carrera era muy difícil, que me buscara algo más sencillo, y ciertamente, después de muchos años me di cuenta de que, en cierto modo, tenían razón, sin embargo, me gradué, ese era el reto.
Mucha gente me cuestionó porque quería comprarme una casa para mi sola, e incluso un par de “ex” que, no me preguntes cómo, lograron conseguir mi número de teléfono, específicamente para preguntarme si me casé. Me compré una casa porque ese era el reto, tener la capacidad financiera y la estabilidad económica para hacerlo, y ya lo logré.
Hay retos que no me interesan, ¿cuál es el chiste de casarse y tener hijos? Eso es algo que todo el mundo hace, nunca me ha llamado la atención el casarme y pienso que el tener hijos es una responsabilidad tan grande, que muchos padres no se dan cuenta de lo que conlleva. Yo prefiero seguir siendo madre de apoyo, o sea, tía, en donde creo que me destaco mejor, ayudando a mis hermanas cuando me necesitan, y que conste que no es cuando a ellas les da la gana.
Pienso que nunca es tarde para imponerse una nueva meta, que es cuestión de desearlo tanto, que te resulta imposible enfocarte en otra cosa, donde cada paso que das va encaminado a tus retos, esto es sin dejar tus principios de lado. Creo que el qué dirán solamente importa, cuando viene de la gente que verdaderamente le importas. Sin embargo, siempre hay que tener criterio, de lo contrario, me hubiera casado con el primer idiota que se me pasara en frente solamente para complacer a mi mamá. A lo mejor ella tenga razón y yo me estoy equivocando en no querer casarme, pero esas son decisiones importantes, la cual no tomaré nunca, si no estoy verdaderamente segura, y que quede claro que no estoy cerrando la posibilidad, sigo creyendo que una buena edad para casarse es los cincuenta años, aunque podría ser antes.

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