Hace poco tuve el agrado de terminar de leer la serie
completa de Infernal Devices, de Cassandra Clare, la cual es una de las tantas
historia que la autora puede extraer del mundo de Casadores de Sombras.
En consecuencia a este libro, me vi obligada a leerme
Historia de Dos Ciudades, de Charles Dickens, reconocidísimo novelista, cuyas
obras han llamado a la reflexión de muchos, pues su crítica social es muy
marcada. Este también es el caso de Historia de Dos Ciudades.
Imagino que, como yo y muchos, Cassandra Clare quedó
impactada con la vida y andanzas de Sydney Carton, quien al final resultó el héroe
de la novela por su auto sacrificio.
Tal fue su impacto que quiso encarnarlo en la vida de
William Herondale, un chico con la misma concepción acerca de su persona, pues
se consideraba maldito, y por demás decir, poco merecedor del afecto de nadie,
pues pensaba que todo lo que el amara seria destruido.
Con Historia de Dos Ciudades, todos quedamos con la duda de
saber por qué el motivo de aquella poca autoestima de Sydney, a sabiendas de
que en toda la obra, demostró no solamente ser inteligente y un gran abogado,
sino que era una persona capaz de amar mas allá de sí mismo, actitudes también demostradas
por Will.
Con este último, podemos darle un sentido al motivo de sus
desgracias erradamente concebidas, que es mi percepción de la interpretación que
pudo hacer Sydney de las suyas.
Desde un punto de vista práctico, Sydney fue la salida del
autor para salvar a los Evremonde y a los Manette de su destino, pues se pedía
la muerte de alguien, y fue Carton quien decidió a propia cuenta, que ese fuera
su destino. Ser sacrificado de tal manera, pedía del personaje estar enamorado
a tal punto de dar la vida sin vacilaciones, y además, tener un motivo, como el
de considerarse tan poca cosa, que era más valioso muerto que vivo.
El autor creó los motivos suficientes para que el personaje
tomase la decisión que diera fin a su vida de esta manera, sin embargo, fue tan
loable los actos a lo largo de su vida en la historia, que toma tanta simpatía,
al punto de querer saber los motivos de su auto flagelo.
Cassie, en su mundo fantástico, indaga más en los motivos
que en los actos dentro de su obra, por demás decirlo, parecidos a los de
Sydney. No hubo por parte de Will intento alguno por impedir la boda de Jem con
Tessa, a pesar de su confesión espontánea acerca de sus sentimientos hacia la última,
tal y como lo hiciera Sydney con Lucie.
También debemos agregar los sentimientos de Tessa por Will,
distintos a los de Lucie por Sydney. En este mundo, quiso Cassie que Will fuese
correspondido en la calidad e intensidad del amor, opuesto a lo que Lucie sentía
Sydney, un amor de amiga e incluso,
compasivo. Este acto por parte de Cassie, fue un acto de justicia hacia Sydney,
en mi humilde opinión.
No olvidemos a Charles Darnay, quien también era una gran
persona, a pesar de tener una cuna maldita por sus propios compatriotas. Él también
era digno de ser amado por la protagonista, lo cual fue plasmado por Cassie,
referente a lo que sentía Tessa por James Carstair.
Debo confesar que, al finalizar Clockwork Angel, odié a Will
Herondale, por la forma en que trató a Tessa. Luego, en el segundo libro,
Clockwork Prince, amé a Jem, aunque tenía sentimientos encontrados con Will, sin
embargo, a pesar de que lloré la confesión de amor entre Will y Tessa, pensaba
que esta tomó la decisión correcta. Del último libro, resumo mucho al decir que
lloré dos terceras partes del libro, incluyendo el epilogo. Cassandra demostró
nuevamente ser una gran escritora, no solamente una escritora más de ficción.
Will Herondale es una de las posibles explicaciones a la
vida de Sydney Carton, si le quitamos la parte de los demonios externos,
dejando solamente a los demonios internos. También resulta el final feliz de
Sydney, quien lo merecía.
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