jueves, 19 de julio de 2012

LA CULTURA DEL CEPILLO





Todos hemos trabajado en algún momento de la vida, en el que vemos una persona que, de la noche a la mañana, pasa de ser un simple asistente, a alguien con una jefatura clave en la empresa. Si es una persona con las cualidades suficientes para merecer el puesto, se nota enseguida, debido a que él o ella, en conjunto con su equipo de trabajo, obtiene resultados sobresalientes dentro de su departamento, pero si no, lo único que observas es que,  tiempo de tomar el puesto, comienza a haber una serie de despidos, alegando mal rendimiento de estas unidades a su cargo.
De estas últimas personas es a las que va este manifiesto, y aquí van algunas características.
Por lo general, y a pesar de que el departamento suele tener un gran número de colaboradores, son pocas, o ninguna, las personas que pueden decir que tienen bastante tiempo laborando en el departamento, las personas con más tiempo de desempeño por lo general suelen ser amigos allegados del jefe, o simplemente personas que están a cada momento elogiando las virtudes inexistentes de estos.
Si, aquella persona que está pendiente de su película favorita, o de tenerlo siempre en cuenta para la fiesta de sus hijos.
Y aunque el departamento no suele tener el resultado que se espera, siempre escuchas que el jefe, y/o sus allegados más cercanos, se encuentran de viaje pagado por la empresa, o que recibieron algún tipo de bonificación.
El personal a su cargo siempre está en zozobra porque no están seguros de cuándo serán víctimas de las intrigas de su propio jefe, que para justificar si bajo rendimiento, no perderá el tiempo para buscar culpables, cuando en realidad se les pide que busquen una solución.
Suelen rodearse de personas conocedores de la labor a realizar, pero jamás le harán algun reconocimiento de su talento enfrente de las altas jerarquías, procurando que el elogio a los pocos éxitos que puedan tener su sección, sean atibuidos a ellos mismos y no a su equipo de trabajo.
Hablemos de cómo obtienen sus posiciones aventajadas. Puede que tengan un grado de escolaridad a un alto nivel, o puede que sean familiar o allegado al jefe, pero no importa la manera o las condiciones en las cuales fueron contratados, al final siempre sale a relucir su verdadera cualidad, la de ser un "yes man".
Si, esa gente que suele decirle "si" a todas las ideas de los jefes, sin importar cuán loca sea, al final si logran tener éxito, se encarga de hacerle saber a su jefe de que fue gracias a ellos, pero si no, procuran buscar una víctima que cargue con los platos rotos. Jamás tienen el suficiente valor para darle su opinión al jefe, si es que alguna vez lo tienen. Solo saben decir “si”, y elogiar todo lo que el jefe diga.
Están al pendiente de todas las actividades de su jefe: el colegio de sus hijos, los viajes que realiza, el juego de golf del fin de semana, etc, etc, etc. Si el jefe le solicita que le busque la ropa en la lavandería, paralizan la producción de su departamento con tal de ser los primeros al abrir el local. Si el jefe les pide que se agachen para que el pueda estampar la huella de su pie en la parte trasera de su cuerpo, pues proceden a hacer lo propio sin vacilar, ya que saben que, de no tener al jefe contento, su puesto puede peligrar.
En cuanto a su trato con su personal, esperan el mismo trato que ellos tienen con sus jefes. Si no lo hacen, comienza a tratarle mal y hasta le pierde el respeto al llamarle la atención. Por lo general, y como, ya expliqué, la gente suele ser despedida, y los que pueden, le renuncian. A pesar de todo esto, siempre encuentran una nueva víctima para reemplazar las unidades de su departamento, ya que, por si solos no pueden realizar el trabajo. El personal a su cargo suele tener bajo salario, a menos claro, que estés dentro de su círculo de amigos, quienes por lo general tienen regalías y bonificaciones altas.
Tienen muchos nombres: sapos, ranas, cepillos, arrastrados, y sus acciones sapear, ranear, cepillar, y arrastrarse. Muchas veces se hacen chistes a sus espaldas referentes a su vida pública o privada, todo a razón de todas las acciones abusivas en contra de la gente bajo su cargo. Por lo general, la gente está al pendiente de todas las desgracias que les ocurren, ya que se sienten vengados por todas las maldades que hacen (el clásico “eso le pasó por #$$%#@$%”).
Esta, desafortunadamente, es una cultura extremadamente arraigada, y que por lo que se ve está difícil que se pierda, incluso es la actitud que hace que compañías quiebren. Los dueños de empresas suelen rodearse tanto de esta gente que no pueden ver el panorama del mercado, y se dejan guiar por este tipo de gente inepta, que no le importa el norte de la compañía, sino más bien de no perder todos los beneficios producto de su posición.
A este tipo de personas les digo, sigan como van, hagan todo lo que tengan que hacer para conservar su puesto, súbanse en los hombros de todo el que puedan y arrástrense como hasta ahora y más si pueden; porque la posición que tienen ahora, con todas las cualidades que demuestran solamente dan para el puesto que tienen en estos instantes, ya que en otros lugares les va a tocar trabajar, y eso es algo que no saben hacer.

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